
No
tan gradualmente, los códigos QR comienzan a aparecer por todos lados;
inventados originalmente para rastrear piezas de vehículos Toyota en el
94, estos códigos han encontrado un lugar en el Marketing por aquel entonces, insospechado.
Básicamente el Quick Response es un
código de barras en 2 dimensiones que puede ser fácilmente leído por un
teléfono móvil a partir de su cámara web, otorgándole a la dupla Código
QR-Móvil una amplia interactividad y reciprocidad.
Potencialmente es enorme el margen de
aplicación comercial y comunicacional de estos códigos que pueden ser
leídos por los “receptores” (dispositivos móviles) que casi todos llevan
en el bolsillo.
Quizá fueron
los móviles inteligentes con sistema operativo Android los que
comenzaron a masificar cada vez más el uso de estos códigos debido a la
necesidad de un sistema fácil y rápido de sincronización entre una
imagen en la pantalla del ordenador y el móvil. Así, millones de
aplicaciones gratis o de pago, se descargan en un santiamén a partir de
poner frente a frente el móvil y el código bidimensional.
Para los usuarios Android, estos códigos
son moneda común y corriente y, aprovechando un S.O. que ha hecho
transpirar a la competencia, por supuesto aparecieron las estrategias de Marketing
asociadas a estos códigos de fácil lectura. Es que para cualquier
empresa, asignar un código QR a un link, imagen, aplicación,
geolocalización, etc. es una de las formas más rápidas de estar cerca de
sus potenciales clientes.
El código QR puede:
- Activar una descarga de Software
- Conducir a un enlace, (una tienda online o un microsite promocional por ejemplo)
- Brindar información sobre lo que se desea
- Activar un cupón descuento
- Ofrecer ofertas cercanas a donde uno se encuentra mediante geolocalización
- Activar una llamada telefónica
- Activar un pase o señal de identificación
Y muchas aplicaciones más que uno pueda imaginarse; pero comprendámoslo mejor a partir de unos ejemplos.
La campaña The World Park en Nueva York,
un museo al aire libre sin leyendas donde la explicación de las cosas
que se van viendo se podía leer en el móvil tras escanear el código QR
correspondiente.
En las latas de Coca Cola alemanas vienen códigos QR impresos que dirigen a este sitio web y los consumidores de Coca Cola obtienen datos sobre conciertos, grupos musicales, cantantes, etc.
También ha sido empleado por Correos de
Granada, quien emitió un sello postal que puede ser escaneado por
teléfonos móviles a los que lleva al Museo de Nazari
En Foster’s Hollywood, cadena de
restaurantes de comida rápida presente en España, si escaneas el código
QR que aparece en el mantel de papel en que sirven los menús, obtienes
beneficios para tu próxima visita. Incluso, sortean códigos QR que al
activarse valen como si fueran cheques de 50 euros para consumir en el
local.
También en publicidad
exterior, las empresas suelen incluir códigos QR que ofrecen sorpresas,
descuentos, acceso a sitios online o información para tener a mano.
Suelen aprovecharse zonas de alto tráfico a pie de gente o incluso
frente a semáforos para dar lugar a quienes esperan, puedan escanear los
códigos.
En el ámbito personal, cualquiera puede
tener un código QR que lleve a su página web o su página en Facebook e
imprimirlo en su camiseta por citar un ejemplo, y no falta el mal
llamado merchandising
con llaveros que -en antaño traían el teléfono de la firma- ahora traen
el respectivo QR para tener a mano todos los datos de la empresa.
El vídeo que os muestro a continuación
no necesita traducción para entender de qué se trata y resume muy bien
lo referente a los códigos QR, que por definirlos de alguna manera
serían; puntos de conexión digitales; un escalón más abajo quizá de lo
que es la realidad aumentada pero de gran utilidad todavía. El código QR
toma ventaja por lo fácil que es crearlo y lo fácil que es crear el
vínculo con la aplicación deseada; en tanto que la realidad aumentada
implica un mayor desarrollo de software de alta complejidad.
La aplicación de los códigos bidimensionales parece no tener límites, está siendo vertiginosamente explotado por el Marketing,
casi como una necesidad. Un poco más tarde en Estados Unidos y U.K. en
España se vive pleno apogeo de estos códigos, la etapa de lo que podría
llamarse “necesidad”.
Las empresas tienen la sensación de que
es necesario tenerlos, utilizarlos, aprovecharlos para no quedarse
atrás; y mucha razón tienen porque aprovechando la brecha entre lo
novedoso y lo común; todavía queda bastante camino para utilizarlos.
¿Hasta cuándo? No se sabe; quizá sea una
moda que pase cuando los móviles comiencen a estar llenos de QRs y haya
códigos por todas partes hartando la vista de los consumidores, pero ¿y
si se convirtiera en una forma de comunicación ampliamente aceptada?
Probablemente; no siempre lo nuevo desplaza a lo viejo y, para los que
creyeron que un día el chat enterraría al correo electrónico; se sabe
que no estaban en lo cierto.
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